
Dolor cervical o de espalda? El culpable puede ser tu diafragma.
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08/06/2022¿Tienes mareos, vértigos o dolor de cabeza? ¿La medicación te ayuda, pero el problema persiste? Posiblemente la causa sea la tensión suboccipital. En este post os proporcionamos algunos consejos y ejercicios para resolverla de forma natural.
Como decíamos anteriormente, tanto el dolor de cabeza, como los mareos y los vértigos son problemas que interesan a una gran parte de la población. Sus causas pueden ser variadas, así como las formas de manifestarse.
En este post, nos centraremos en la cefalea tensional que se origina en la zona cervical y tiene tendencia a cronificar. Para no llegar a este límite, es importante no sólo resolver los síntomas, sino trabajar directamente sus causas mediante la osteopatía y el quiromasaje.
Dolores de cabeza y de cuello, ¿Cuál puede ser la causa?
La región superior del cuello es una zona muy delicada, formada por muchos tejidos nobles (como nervios, arterias, etc.) concentrados en un espacio reducido. Precisamente a causa de esta “alta densidad de funciones y tejidos”, las tensiones de nuestro día a día se acumulan fácilmente en esa zona, convirtiéndola en un “bloque único”. De esta forma, se perjudica el movimiento del cuello y todos los nervios y vasos de la zona sufren la congestión de los músculos suboccipitales. El resultado es una tensión global que causa migrañas, mareos y vértigos.
¿Cómo se llega a este punto?
En muchos casos, la tensión muscular es la manifestación de un problema postural. Si tienes un trabajo sedentario, probablemente cometas los clásicos errores de no apoyar el dorso en el respaldo, adoptar una postura cerrada, doblando la columna y llevando los hombros hacia delante. Así obligamos a nuestro sistema musculoesquelético a un estrés continuo que se manifiesta mediante el dolor (os aconsejamos leer estos consejos para una correcta postura frente al PC).
Otra causa de la tensión muscular suboccipital es el estrés. ¿Cuál es la conexión? La tensión muscular es la respuesta fisiológica del cuerpo al estrés y a los desequilibrios que afectan a la dinámica de la contracción. Cuando estamos sometidos a una tensión durante un largo periodo de tiempo, los músculos entran en un estado de contracción «crónica» que obviamente, provoca dolor.
Sin embargo, la causa que más frecuentemente afecta a nuestros músculos son las emociones reprimidas. El organismo humano es un mapa y un almacén de todas las experiencias vividas. Muchas personas acumulan emociones y las reprimen en varias partes del cuerpo, sin siquiera saberlo. De hecho, podemos ignorar por completo durante muchos años la cantidad de energía que retienen nuestros músculos y que es la responsable de innumerables dolencias crónicas.
Las emociones que más frecuentemente somatizamos con la tensión muscular son la ansiedad, la ira, la frustración, la tristeza, el afán de control… Cuanto más negativo sea nuestro estado emocional, más frecuentemente aparece la tensión muscular. (lectura recomendada: la medicina psicosomática ha realizado numerosos estudios que exploran el efecto de la mente en el cuerpo y viceversa).
¿Cuándo es necesario recurrir al osteópata o al quiromasajista?
Cuando las molestias provocan dolor y mareo, es aconsejable acudir a consulta para recibir un tratamiento personalizado. Mediante la osteopatía y el quiromasaje analizamos el origen del problema y, tratando directamente sus causas, resolvemos la contractura y devolvemos la movilidad en la base del cráneo.
Evidentemente, un factor clave para entender cuánto tiempo se tardará en ver los resultados es el grado de congestión y tensión acumulado, así como el tiempo de cronificación. Por norma general, suele bastar con unas pocas sesiones para notar un resultado considerable.
En cambio, para las personas que tienen un trabajo sedentario o perciban tensiones (sin dolor!) en la base del cráneo, aconsejamos 7 fáciles ejercicios cuya repetición es …mano de santo!
7 ejercicios para liberar la tensión suboccipital
1er EJERCICIO: RELAJAR LOS MÚSCULOS DE LA NUCA
Estiramos el nervio cervical llevando las manos detrás del cuello, entrelazando los dedos. Mientras estamos sentados y con la espalda recta, colocamos las manos a la altura del cuello y ejercemos una ligera presión hacia abajo, manteniendo el cuello hacia delante, ligeramente bajado, durante al menos 10-15 segundos.
2º EJERCICIO: FORTALECIMIENTO DE LOS MÚSCULOS LATERALES
Cuando el nervio del cuello está inflamado, no hay que forzar los movimientos: en su lugar, hay que intentar fortalecer y estirar los músculos. Siempre sentado y con la espalda recta, gira la cabeza hacia un lado y luego hacia el otro, tratando de llegar al punto máximo, sin sentir nunca dolor. Todos los ejercicios para el cuello inflamado deben realizarse sin forzar la zona.
3er EJERCICIO: MOVIMIENTOS CIRCULARES CON LA CABEZA
Para aliviar la tensión del cuello se pueden utilizar ejercicios suaves que relajan los músculos y reducen la incómoda sensación de tensión y endurecimiento. En posición sentada, inclina la cabeza hacia atrás y luego haz un movimiento de rotación de la cabeza, primero en el sentido de las agujas del reloj y luego en sentido contrario.
4º EJERCICIO: EXTENSIÓN MÁXIMA DEL CUELLO
Mantén la espalda recta y lleva la barbilla hacia fuera y luego hacia dentro (imitando el movimiento de las gallinas), intentando mantener la postura durante al menos 15 segundos. Sobre todo, en casos de malas posturas, este ejercicio proporciona un alivio inmediato y puede realizarse tanto de pie como sentado, siempre que la espalda esté siempre en posición recta.
5º EJERCICIO: LLEVAR EL CUELLO HACIA EL HOMBRO
Los ejercicios de estiramiento para el cuello deben ser muy ligeros, pero a pesar de ello hay algunos que son realmente milagrosos como este ejercicio isométrico: coloque la mano derecha sobre la oreja izquierda, con la cabeza ligeramente inclinada y presione suavemente la cabeza hacia el hombro derecho durante unos 10 segundos. 10 repeticiones a cada lado serán suficientes para notar un gran alivio de la tensión.
6º EJERCICIO: ESTIRAMIENTO FRONTAL
En posición supina, con las piernas juntas y los brazos estirados a lo largo de los costados, doblamos ligeramente las piernas y, contrayendo los abdominales, tratamos de aplanar la parte baja de la espalda contra la esterilla. A continuación, colocamos las manos cruzadas justo encima de la nuca e intentamos empujar la barbilla hacia el esternón, manteniendo esta posición durante 15 segundos.
7º EJERCICIO: ESTIRAMIENTOS Y PIERNAS CONTRA LA PARED
Para el dolor en las vértebras cervicales, podemos tumbarnos boca arriba, con las piernas juntas contra la pared y los brazos estirados a los lados. Intentamos empujar la zona lumbar contra el suelo, como para aplanarla. Cruza las manos detrás de la cabeza y empuja la barbilla hacia fuera, levantando la cabeza del suelo.